Un equipo de investigadores informáticos, liderado por el Prof. Claes Strannegård, el Prof. Ulf Persson y el estudiante de doctorado Abdul Rahim, de la Universidad de Gotemburgo y de la Universidad Tecnológica de Chalmers, Suecia, ha sido capaz de crear un programa de Inteligencia Artificial (IA) que puede aprender a resolver problemas en muchas áreas diferentes, estando diseñado para imitar ciertos aspectos del desarrollo cognitivo de los niños.
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Los programas de computador utilizados en el campo de la inteligencia artificial (IA) son altamente especializados. Pueden, por ejemplo, pilotear aviones, jugar ajedrez o ensamblar automóviles en entornos controlados industriales. Sin embargo, los programas tradicionales de IA carecen de la versatilidad y capacidad de adaptación de la inteligencia humana. Por ejemplo, no son capaces de entrar en una casa nueva, cocinar, limpiar y lavar ropa.
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La Inteligencia Artificial General (IAG) es aquella IA que semeja o supera la inteligencia humana, en la ejecución de tareas intelectuales, llevando a cabo con extrema habilidad acciones generales inteligentes. El desarrollo pleno de este tipo de IA, en el futuro, podría hacer surgir enigmas morales, ya que un ser con este tipo de inteligencia no podría ser considerado simplemente una máquina más, al abrírsele la posibilidad de adquirir conciencia de si mismo, sensibilidad, sapiencia y autoconocimiento.
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En la Inteligencia Inteligencia Artificial General (IAG), que es un nuevo campo dentro de la IA, los científicos tratan de crear programas informáticos con un tipo generalizado de inteligencia, lo que les permite resolver problemas en áreas enormemente diferentes.
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La Universidad de Gotemburgo cuenta con un equipo de investigación líder en este ámbito. El mes de agosto, un equipo de investigadores de la Universidad de Gotemburgo y de la Universidad Tecnológica de Chalmers ganaron por 2.º año consecutivo el Premio Kurzweil por ‘contribuciones excepcionales al campo de la Inteligencia Artificial General (IAG)’.
“Hemos desarrollado un programa que puede aprender, por ejemplo, aritmética básica, lógica y gramática sin ningún conocimiento preexistente”, dice Claes Strannegård, un miembro del equipo de investigación, junto con Abdul Rahim Nizamani y Ulf Persson.
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El mejor ejemplo de Inteligencia Artificial General (IAG) que conocemos hoy en día es el cerebro humano, y la estrategia de los científicos ha sido la de imitarlo, en un nivel muy elemental, tal cómo los niños desarrollan la inteligencia. Los niños pueden aprender una amplia gama de cosas. Ellos construyen nuevos conocimientos basados en conocimiento previo, y pueden utilizar su conocimiento pleno para sacar nuevas conclusiones. Esto es exactamente lo que los científicos quieren que su programa sea capaz de hacer.
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“Postulamos que los niños aprenden todo sobre la base de experiencias y, que ellos siempre están en la búsqueda de patrones generales, ‘dice Strannegård.
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Por ejemplo, un niño que está aprendiendo multiplicación y, que sabe que 2 x 0 = 0 y 3 x 0 = 0 puede identificar un patrón y concluir que también 17 x 0 = 0 Sin embargo, a veces este método resulta contraproducente. Si el niño sabe que 0 x 0 = 0 y 1 x 1 = 1, él o ella puede concluir erróneamente que 2 x 2 = 2. Tan pronto como el niño se da cuenta de que un cierto patrón puede conducir a conclusiones erróneas, él o ella puede simplemente dejar de aplicarla.
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El niño puede de esta manera crear un gran número de patrones, no sólo en matemáticas sino también en otras áreas, tales como la lógica y la gramática. Los patrones en una cierta área, entonces se pueden combinar entre sí y hacer posible la resolución de problemas completamente nuevos. El programa desarrollado por los científicos funciona de una manera similar. Es capaz de identificar patrones por sí mismo y por lo tanto difiere de los programas donde un programador tiene que formular las normas que deben aplicarse al programa.
“Esperamos que este tipo de programas con el tiempo será útil en varias aplicaciones prácticas diferentes. Personalmente, creo que un robot versátil para el hogar podría ser tremendamente valioso, pero aún nos falta para lograrlo”, dice Strannegård.
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Fuente:
University of Gothenburg
Artificial intelligence that imitates children's learning - University of Gothenburg, Sweden
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Trad. / Ed.
Gabriel T.E.
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Los programas de computador utilizados en el campo de la inteligencia artificial (IA) son altamente especializados. Pueden, por ejemplo, pilotear aviones, jugar ajedrez o ensamblar automóviles en entornos controlados industriales. Sin embargo, los programas tradicionales de IA carecen de la versatilidad y capacidad de adaptación de la inteligencia humana. Por ejemplo, no son capaces de entrar en una casa nueva, cocinar, limpiar y lavar ropa.
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La Inteligencia Artificial General (IAG) es aquella IA que semeja o supera la inteligencia humana, en la ejecución de tareas intelectuales, llevando a cabo con extrema habilidad acciones generales inteligentes. El desarrollo pleno de este tipo de IA, en el futuro, podría hacer surgir enigmas morales, ya que un ser con este tipo de inteligencia no podría ser considerado simplemente una máquina más, al abrírsele la posibilidad de adquirir conciencia de si mismo, sensibilidad, sapiencia y autoconocimiento.
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En la Inteligencia Inteligencia Artificial General (IAG), que es un nuevo campo dentro de la IA, los científicos tratan de crear programas informáticos con un tipo generalizado de inteligencia, lo que les permite resolver problemas en áreas enormemente diferentes.
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La Universidad de Gotemburgo cuenta con un equipo de investigación líder en este ámbito. El mes de agosto, un equipo de investigadores de la Universidad de Gotemburgo y de la Universidad Tecnológica de Chalmers ganaron por 2.º año consecutivo el Premio Kurzweil por ‘contribuciones excepcionales al campo de la Inteligencia Artificial General (IAG)’.
“Hemos desarrollado un programa que puede aprender, por ejemplo, aritmética básica, lógica y gramática sin ningún conocimiento preexistente”, dice Claes Strannegård, un miembro del equipo de investigación, junto con Abdul Rahim Nizamani y Ulf Persson.
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El mejor ejemplo de Inteligencia Artificial General (IAG) que conocemos hoy en día es el cerebro humano, y la estrategia de los científicos ha sido la de imitarlo, en un nivel muy elemental, tal cómo los niños desarrollan la inteligencia. Los niños pueden aprender una amplia gama de cosas. Ellos construyen nuevos conocimientos basados en conocimiento previo, y pueden utilizar su conocimiento pleno para sacar nuevas conclusiones. Esto es exactamente lo que los científicos quieren que su programa sea capaz de hacer.
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“Postulamos que los niños aprenden todo sobre la base de experiencias y, que ellos siempre están en la búsqueda de patrones generales, ‘dice Strannegård.
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Por ejemplo, un niño que está aprendiendo multiplicación y, que sabe que 2 x 0 = 0 y 3 x 0 = 0 puede identificar un patrón y concluir que también 17 x 0 = 0 Sin embargo, a veces este método resulta contraproducente. Si el niño sabe que 0 x 0 = 0 y 1 x 1 = 1, él o ella puede concluir erróneamente que 2 x 2 = 2. Tan pronto como el niño se da cuenta de que un cierto patrón puede conducir a conclusiones erróneas, él o ella puede simplemente dejar de aplicarla.
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El niño puede de esta manera crear un gran número de patrones, no sólo en matemáticas sino también en otras áreas, tales como la lógica y la gramática. Los patrones en una cierta área, entonces se pueden combinar entre sí y hacer posible la resolución de problemas completamente nuevos. El programa desarrollado por los científicos funciona de una manera similar. Es capaz de identificar patrones por sí mismo y por lo tanto difiere de los programas donde un programador tiene que formular las normas que deben aplicarse al programa.
“Esperamos que este tipo de programas con el tiempo será útil en varias aplicaciones prácticas diferentes. Personalmente, creo que un robot versátil para el hogar podría ser tremendamente valioso, pero aún nos falta para lograrlo”, dice Strannegård.
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Fuente:
University of Gothenburg
Artificial intelligence that imitates children's learning - University of Gothenburg, Sweden
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Trad. / Ed.
Gabriel T.E.